Una nueva generación de franquicias ha nacido a la sombra de los productos ‘low cost’, adaptados a los tiempos que corren. La nueva situación económica influye en el tipo de negocio que debe implantarse, las ofertas, la estética de los establecimientos y los soportes de venta.
Los emprendedores siguen buscando franquiciar un negocio low cost, compitiendo con las grandes cadenas con precios aún más ajustados, buena calidad y una estética acorde con las nuevas tendencias.
En definitiva, el low cost aglutina el 50% de franquicias que surgen, especialmente entre las que exigen una inversión inicial de menos de 55.000 euros. La franquicia NueveNoventa, con una inversión de 10.000 euros, es un buen ejemplo de este tipo de negocio. La franquicia, que ha comenzado su recorrido en Málaga, ofrece al cliente un producto final con un coste único de 9,90 euros. En todos sus productos de Moda española, Italiana y Francesa.
“La clave de las franquicias de moda low cost, radica en que suponen un riesgo menor para el potencial franquiciado y ofrecen una facilidad de financiación más amplia, al mismo tiempo que dispone de las ventajas de las franquicias (firma consolidada, transmisión del know-how, modelo más seguro frente a uno nuevo)”
Nuevas tecnologías
Las franquicias más prometedoras coinciden en algunos de sus pilares básicos: una inversión inexistente en royalties, canon de publicidad, de entrada y una visión moderna que cree en la expansión internacional, apostando por las nuevas tecnologías.
El concepto low cost triunfa especialmente en el sector de la moda y la belleza. Existen unas 120 enseñas pertenecientes a dicho sector, lo que se traduce en 4.800 establecimientos, el 9,1% del total de las franquicias. Estas conllevan una inversión de unos 535 millones, que reportan una facturación de 1.400 millones, dando empleo a 17.000 personas.
NueveNoventa, marca low cost con una gran proyección en un sector en desarrollo sabe que el sector de la moda en sí mismo es un ámbito muy estable que permite a las firmas desarrollar una importante red de establecimientos si se consigue poner en funcionamiento una fórmula de éxito. El modelo low cost, por su parte, aplicado al sector de la moda se presta a posibilidades muy interesantes para los franquiciados y el cliente final, lo que permite a este tipo de firmas ofrecer productos en el mercado a precios extremadamente competitivos, manteniendo estándares de calidad.