La franquicia es un sistema de distribución por el que dos partes jurídica y económicamente independientes llegan a un acuerdo de asociación por el que se establecen unas obligaciones y unos derechos para cada uno de ellos. Este acuerdo es posible porque ambas partes reciben beneficios al establecer dicha relación.
El franquiciador deberá comprometerse con el franquiciado a cumplir al menos las siguientes exigencias para que al franquiciado le resulte de mayor interés asociarse a una red de franquicias que emprender en solitario:
1. Transmisión del know-how:
El know how o saber hacer es el método de trabajo que el franquiciador ha desarrollado y empleado a lo largo de un tiempo y mediante el cual a alcanzado el éxito con su modelo de negocio. Este ha de estar vinculado a metodologías de trabajo, sistemas de producción y prestación de servicios de manera que mediante su imitación el franquiciado obtenga una posición competitiva ventajosa.
La transmisión del know-how se realiza a través de la entrega de los manuales de franquicia que la central franquiciadora habrá de desarrollar.
2. Concesión de uso de marca:
Una de las ventajas de pertenecer a una red de franquicias es participar del fondo de comercio generado a lo largo del tiempo por la marca y asociado a la misma. El franquiciador debe permitir al franquiciado el uso de la marca y los signos distintivos de identificación, garantizar su validez a lo largo del tiempo y la difusión y notoriedad de la misma.
3. Dotar de identidad a la red:
El franquiciador ha de establecer las directrices estratégicas que van a crear la identidad de la franquicia y que servirán para diferenciarse en el mercado presentando un modelo de negocio único y reconocible en cualquier lugar donde se presente.
4. Establecer exclusividad en la explotación del concepto:
El franquiciador debe velar por que todos los franquiciados obtengan beneficios y es por ello que ha de cuidar el dimensionamiento de la red y el ratio de actuación de cada franquiciado permitiendo que todos tengan las mismas posibilidades y limitando el nivel competitivo dentro de la propia red.
5. Dotar de estructura profesional a la franquicia:
Cómo Jesús Sánchez nos indicaba en su artículo: “Too Big to fail”, la estructura que da soporte a la red ha de ser algo más que una central de compras y aportar ventajas competitivas al franquiciado respecto a un empresario independiente, permitiéndole disponer de asesoramiento y respaldo de departamentos profesionales como marketing, comunicación, innovación, producción, compras, legal, etc. Que han de velar por el continuo desarrollo de la marca, el interés en el concepto por parte de los consumidores y la rentabilidad para los franquiciados.
6. Prestar asesoramiento y formación inicial:
El franquiciador debe prestar asistencia técnica a la apertura facilitando con su experiencia la misma, en aspectos como elección de la ubicación idónea para el negocio, búsqueda y acondicionamiento del local, búsqueda y selección de recursos humanos y formación inicial sobre la operativa diaria a seguir. Para ello será importante la presencia de expertos de la central el momento de la apertura y comienzo de la actividad.
7. Prestar asistencia y formación continuada:
Es fundamental para el buen funcionamiento de una red de franquicias que esta se actualice y adapte a los cambios constantes que el mercado experimenta. La red de franquicias como vimos en el punto 3 ha de contar con el equipo profesional que permita su continuidad en el tiempo y además a de informar y formar a los franquiciados para que estos también se adapten a las nuevas directrices que adopta la red para afrontar los cambios en el mercado. Esta labor le corresponde a la central de franquicias y la deberá ejercer mientras este vigente el contrato, a través de circulares internas, boletines informativos periódicos, convenciones, cursos de reciclaje, etc.
8. Controlar la actividad del franquiciado:
Se entiende por esta obligación la de establecer un sistema que permita realizar un seguimiento de la actividad de cada franquicia de forma que se puedan detectar desviaciones y establecer elementos correctores que permitan alcanzar los resultados previstos. Esta actividad de control, además va a permitir enriquecer el conocimiento de la central franquiciadora a través de la generación de una base de datos y estadísticas de gran utilidad para toda la red. De igual manera la central franquiciadora podrá recopilar las buenas prácticas de cada franquicia para transmitirlas al resto y de esta manera establecer un enriquecimiento sistémico en la red.
Es imprescindible que la red franquiciadora, cuente con personas conocedoras del negocio y con suficiente experiencia para detectar y corregir todas aquellas desviaciones en la actividad que pueden afectar a los resultados.
9. Garantizar el aprovisionamiento:
Dependerá del tipo de franquicia la importancia que tenga el aprovisionamiento en la actividad de la misma, pero es obligación de la central franquiciadora suministrar al franquiciado los productos pactados de forma puntual, fluida, suficiente y al precio mas competitivo posible. Más aún si se fija en el contrato la exclusividad de aprovisionamiento por parte de la central ya que de esta manera dependerá el negocio del franquiciado de la eficiencia de la central franquiciadora.
10. Fomentar la pertenencia a la red y el trabajo en equipo.
Otro de los motivos por el que muchos emprendedores deciden adherirse a una red de franquicias es por no estar solos ante el mercado. Que se establezcan relaciones entre os distintos franquiciados fomenta y facilita el desarrollo de una red de franquicias. Se pueden establecer campañas promocionales, acciones comerciales, patrocinios, publicidad local, etc. entre los miembros de una red de franquicias de un mismo área geográfica. Se pueden realizar apoyos en determinados casos de punta de ventas, o venta entre franquiciados de productos por agilizar el sistema logístico. Formaciones conjuntas en áreas determinadas que la central no forma o cesión y apoyo con intercambio de recursos humanos. Son un sin fin de beneficios los que aporta que los franquiciados de una red tengan una buena relación y fluida comunicación, y corresponde a la central franquiciadora establecer los canales que favorezcan que esto suceda. Se puede hacer a través de área manager que hacen reuniones zonales, a través de convenciones, a través de una red social interna, etc.
En la práctica, en la relación contractual de franquicia, lo que para el franquiciado constituye un derecho suele implicar una obligación para el franquicador, y viceversa.
Fuente: Territorio Franquicia