La franquicia CornerSol propone la instalación, dentro de cualquier negocio ya en funcionamiento relacionado de algún modo con la estética y la belleza –se trate de un gimnasio, una perfumería, una parafarmacia, una peluquería o similar–, de aparatos de bronceado para diversificar su actividad, y hacerlo más atractivo de cara al el público, además de aumentar significativamente su rentabilidad.
Vivimos en el país del sol, donde el bronceado está claramente asociado con la belleza y el aspecto saludable. No es por lo tanto un fenómeno de moda, sino algo muy arraigado entre nuestras costumbres. Esto ha dado lugar a que hoy, tras el auge que vivió, desde mediados de los años 90 hasta bien entrada la primera década de este siglo, puede decirse que el negocio del bronceado se encuentra estabilizado en nuestro país. Y las encuestas llevadas a cabo muestran que un 20% de los españoles entre 20 y 65 años han acudido a un centro de bronceado, porcentaje que entre las mujeres asciende hasta el 26% mientras que en los hombres el porcentaje, siendo menor, va adquiriendo cada año un mayor protagonismo. Por otra parte, los jóvenes entre 20 y 30 años son los mayores usuarios de este servicio con un 35%, porcentaje que va disminuyendo al ascender la edad hasta el 8% de las personas entre 51 y 60 años.
De ahí que surjan ahora nuevas oportunidades, como CornerSol, que no es una cadena de bronceado al uso, sino un interesante –por su margen comercial– e imaginativo –por lo novedoso de su concepto– apuesta de negocio que propone la instalación, dentro de cualquier negocio ya en funcionamiento, de aparatos de bronceado para diversificar su actividad, y hacerlo más atractivo de cara al el público, además de aumentar significativamente su rentabilidad. Con la ventaja de que detrás está una marca que se hace cargo de su instalación y mantenimiento. “De tal forma que cualquier centro relacionado de algún modo con la estética y la belleza, se trate de un gimnasio, una perfumería, una parafarmacia, una peluquería o similar, que disponga del espacio suficiente y de la potencia eléctrica necesaria, puede optar por CornerSol para darle a su negocio una nueva imagen: introduciendo una novedosa sección, en algún rincón de su establecimiento al que no esté sacando partido, y lo que es más importante poniendo en marcha una nueva fuente de ingresos, mediante el bronceado, sin necesidad de adquirir ningún aparato, ni de contar con conocimientos sobre el tema”, explica Alberto González, ideólogo y promotor de este singular concepto de negocio.
La propuesta de CornerSol es que el empresario-franquiciado propietario del local se encargue sencillamente de la venta de bonos de bronceado y de los productos aceleradores, así como de la puesta en marcha de las sesiones, a través del software de gestión que se le proporciona, y de la limpieza y desinfección de los equipos entre sesión y sesión. La inversión a la que ha de hacer frente el empresario-franquiciado propietario del local es de un canon de entrada de 2.500 euros y otros 2.000 euros de adecuación de los 15 m2 donde se vaya a ubicar el ‘rincón’. Existe además un adelanto retornable, pues al no tratarse de maquinas en propiedad, CornerSol devuelve progresivamente este importe (15.000 euros) durante los tres primeros años. La central de franquicias de estética y belleza se reparte con el emprendedor el beneficio de cada una de las operaciones.
“CornerSol se hace cargo del mantenimiento de los equipos, cambio de tubos, compra de cosméticos, inspecciones de seguridad, averías, ampliación de la normativa en relación al bronceado artificial, aplicación de la LOPD y formación del empresario”, confirma Alberto González, un novedoso concepto de negocio “que permite ganar algo más de 20.000 euros el primer año, tanto por la venta de minutos de bronceado con las maquinas, como por el retorno de la inversión inicial y las ‘ventas cruzadas’; es decir, aquella parte del tique de caja de clientes consumidores del bronceado, que finalmente adquieren productos y/o servicios del otro negocio en marcha”.